Banco Central Europeo anuncia apretar acelerador en futuro ritmo de recortes de tipos de interés
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Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE)
La última reunión del año del Banco Central Europeo ha convencido a los mercados de que el organismo va a pisar el acelerador en el ritmo de recortes de tipos en los próximos meses. Después de bajar 100 puntos básicos el precio del dinero en los últimos meses de 2024, de cara a la reunión de enero los inversores han pasado a descontar un recorte de tipos ‘jumbo’, es decir, de 50 puntos básicos, el doble de lo habitual. Las nuevas expectativas de los inversores se basan en el nuevo discurso oficial del BCE, que ha eliminado de su mensaje la necesidad de «mantener los tipos de interés en terreno suficientemente restrictivo durante el tiempo necesario». Este cambio de discurso oficial, y así lo han interpretado los mercados, confirma que el BCE ha girado su acercamiento de política monetaria y ahora cree que es más necesario apoyar el crecimiento que luchar contra la inflación, informó hoy viernes el diario español El Economista.
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha dejado una sensación generalizada de que el BCE acaba de dar un giro a su posicionamiento de política monetaria en la reunión de este miércoles. El cambio que se ha producido en el discurso oficial ha convencido a los mercados de que el BCE ya no está tan preocupado por la inflación, y va a centrar sus esfuerzos en dar un impulso al crecimiento económico de la zona euro, para intentar imprimirle velocidad en un momento en el que se está frenando.
«Si bien el movimiento de tipos se esperaba de forma generalizada, y estaba ya totalmente descontado por los mercados, el discurso ha eliminado una referencia que lleva mucho tiempo presente, de que se necesitaba una política monetaria que fuese restrictiva», explica Matthew Ryan, director de estrategia de mercados de Ebury. «Consideramos esto una nueva señal clara de que la atención de los políticos monetarios ha girado, y se aleja de controlar la inflación, algo que ahora parece que se ha conseguido, acercándose a convertirse en un apoyo para la actividad económica de la zona euro», confirma Ryan.
De hecho, el recorte en las pprevisioness de crecimiento económico, y de la inflación, ha hecho que el BCE confirme, en boca de Lagarde, que «el proceso de desinflación está muy bien encaminado», y reconoce, aunque con la boca pequeña, el éxito que ha tenido el banco central en su lucha contra las presiones inflacionistas en los últimos años. Lagarde, como buena política monetaria prudente, ha dejado claro en todo momento que todo este escenario que se plantea ahora a futuro puede cambiar rápidamente, y que el banco central estará listo para adaptarse, si es necesario. A su juicio, los riesgos para la inflación «vienen ahora por los dos lados», indicando que todavía hay elementos que pueden presionar al alza al IPC y forzar al banco central a tener que girar de nuevo su enfoque de política monetaria. Es un aviso para guardarse las espaldas, pero la realidad es que el banco central ya empieza a cantar victoria en su lucha contra la inflación.
En busca del tipo neutral
El Banco Central Europeo ya no cree que la política monetaria deba seguir siendo restrictiva, pero reconoce que, con los tipos de interés en los niveles actuales, todavía lo es. Es por eso que los mercados esperan un acelerón en los recortes de tipos en los próximos meses, con la bajada de 50 puntos básicos puesta en precio para el próximo encuentro: el BCE necesita acelerar si quiere alcanzar un posicionamiento de su política que no sea restrictivo.
Pero, ¿que es una política monetaria restrictiva? Y, sobre todo, ¿qué tiene que pasar para que deje de serlo? Se considera que una política monetaria es restrictiva cuando frena el crecimiento económico y la inflación. Esto es, que las herramientas que usa el BCE, como los tipos de interés (la más importante), contribuyen a enfriar la actividad económica, con tipos altos que dificultan la concesión de crédito y encarecen al endeudamiento, lo cual reduce el capital disponible en la economía real.
La política monetaria puede ser neutral, si no afecta a la actividad, ni estimulándola, ni frenándola. Y, por último, puede ser acomodaticia, si estimula el crecimiento y la inflación, con tipos bajos. Encontrar el punto en el que la política monetaria es neutral se ha convertido en los últimos meses en el gran debate de bancos centrales como el BCE y la Fed, que están buscando cuál es el nivel que marca, dónde empieza y acaba, tanto la política restrictiva como la acomodaticia.
Aunque no es una cuestión sencilla, y sigue habiendo debate al respecto, a día de hoy la mayor parte de analistas, y el propio BCE, consideran que el tipo de interés neutral se encuentra en el 2%, o lo que es lo mismo, en un tipo de interés real del 0% (el tipo de interés real en la zona euro el que establece el BCE cuando se le resta la tasa de inflación). Por eso, con el tipo del BCE en el 3% en este momento, y descontando una inflación que estuviese en el objetivo del BCE, del 2%, significaría que el tipo real es del 1%.
Teniendo esto en cuenta, para quela política del BCE deje de ser restrictiva, el banco central debería bajar los tipos otros 100 puntos básicos. Entonces, el tipo real estaría clavado en el 0%, y sería neutral, a juicio del banco central. Según esta misma lógica, para que la política monetaria sea acomodaticia, debería ir algo por debajo, y caer al -0,25%, en términos reales, lo cual significaría bajar los tipos de referencia del BCE hasta el 1,75%, con una inflación al 2%, como espera el BCE para los próximos años.
Para conseguir esto el BCE debería recortar los tipos 125 puntos básicos, y este es, exactamente, el escenario que contemplan los inversores en este momento: una bajada de tipos de 50 puntos básicos en enero, a la que seguirán otras 3 de 25 puntos básicos en los siguientes meses. De este modo, Lagarde ha puesto punto y final a los últimos años en los que la política monetaria debía ser restrictiva. Ahora, la idea es evitar que la economía frene en exceso, con un enfoque acomodaticio cuando llegue el momento. Y para los inversores, este momento será el verano del año que viene.
El BCE intenta frenar la expectativa de un recorte ‘jumbo’
Después de ver cómo los inversores reaccionaban al mensaje de Lagarde en la reunión del jueves, durante la tarde varios miembros del banco central indicaron a Bloomberg de forma anónima que el BCE está orientado a un recorte de 25 puntos básicos en enero, y probablemente también en marzo, un movimiento que parece tratar de frenar las expectativas de un recorte de 50 puntos básicos en el primer mes del año que viene, que se han formado durante la tarde del jueves.
Una filtración a una agencia como Bloomberg puede ser una herramienta más del banco central para tratar de calmar los ánimos y frenar unas expectativas que consideran exageradas. El motivo puede ser evitar que el mercado de deuda europea se tensione excesivamente, en un momento en el que ya está teniendo que lidiar con el incremento de rentabilidades a vencimiento de los bonos, y especialmente, de la deuda francesa, que está sufriendo la crisis económica y política en la que está inmerso el país.
El mercado de renta fija europeo sufrió ventas importantes en la sesión del jueves, con repuntes de casi 16 puntos básicos en la rentabilidad del bono italiano, hasta el 3,34%, de 11,2 puntos básicos en la del español, hasta el 2,86%, y de 9,8 puntos básicos para el francés, hasta el 2,8%. Es llamativo que el BCE se haya alarmado por una reacción del mercado que encaja a la perfección con el discurso que ha lanzado ese mismo dia, y es probable que, si sus intenciones con la filtración son calmar las expectativas de ver un recorte ‘jumbo’, continúen lanzando mensajes en este sentido en los próximos días.