El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) se encuentra comprometido con la educación financiera y la articulación de políticas que permitan la inclusión financiera y el bienestar de la población, razón por la cual efectúa estas sugerencias y recomendaciones a través de la Dirección de Inclusión Financiera.
El presupuesto es un registro de todos los ingresos y los gastos que realiza una persona o un hogar, que requiere identificar y clasificar gastos, incluso aquellos pequeños inadvertidos. Existen diversos tipos de gastos, como los fijos, necesarios, por gustos, imprevistos y del negocio. Registrar estos gastos es esencial para tener un conocimiento preciso del egreso diario, semanal o mensual y al restar la suma de estos egresos del ingreso mensual se revela la situación financiera del hogar, permitiendo tomar decisiones informadas.
Sin embargo, de acuerdo con la Encuesta de Medición de Capacidades Financieras en Paraguay 2022, apenas el 29% de la población elabora un presupuesto para administrar su dinero. Este porcentaje se sitúa significativamente por debajo de varios países de Latinoamérica en los que, en promedio, el 40% de la población elabora un presupuesto.
Ahora bien, la planificación mediante el presupuesto no solo permite conocer la situación financiera, sino también favorece tener metas de ahorro. Las personas pueden ajustar los gastos necesarios y los gastos por gustos de manera racional de tal forma que se pueda apartar una parte del ingreso para ahorrar. Para lograrlo, también es necesario ponerse metas como ahorrar para un fondo de emergencia o comprar un artículo de consumo o inversión en el mediano o el largo plazo.
A la hora de ahorrar, sin embargo, surge un mito muy popular que consiste en creer que «el lugar más seguro es debajo del colchón». De acuerdo con la Encuesta de Medición de Capacidades Financieras 2022, el 18% de los paraguayos ahorra, de los cuales 73% prefiere ahorrar en casa en lugar de recurrir a alguna institución financiera.
Mantener el dinero bajo resguardo es crucial cuando se ahorra, aunque sea “poquito”. Por eso, es recomendable guardarlo en una cuenta de ahorro en un banco, financiera o una cooperativa, que ofrecen diferentes productos como el ahorro a la vista, a plazo fijo, el programado, y las cuentas básicas de ahorro, para personas que no tienen ingresos regulares ya que no exige montos mínimos de depósito.
Otras ventajas del ahorro formal son: la ganancia de intereses, la mayor seguridad ante robos y, para los ahorradores en bancos y financieras, la existencia del Fondo de Garantía de Depósito.
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