En ese sentido, la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) recomienda a los usuarios de tarjetas de débito a utilizar los plásticos para realizar pagos y compras en los comercios donde haya POS y extraer dinero solo para hacer compras en efectivo en lugares donde no se aceptan pagos electrónicos.
Asimismo, refiere que es importante aprender a utilizar las aplicaciones bancarias en el celular para realizar los pagos de servicios (agua, luz, recargas de minutos y transporte público, etc.) directamente desde el teléfono.
La ENIF destaca que las tarjetas de débito, además de servir como medio de pago, también tienen otras ventajas sobre el dinero en efectivo. En primer lugar, brindan mayor seguridad en caso de robo, es posible cancelarla o bloquearla inmediatamente, mientras que tener todo el dinero en la cartera implicaría la pérdida irreparable del ingreso mensual.
En segundo lugar, es más cómodo, pues evita el problema de tener el dinero exacto o que el comercio no tenga para el vuelto.
En tercer lugar, permite una mejor gestión financiera, porque a través de la aplicación del banco se puede hacer un seguimiento de todos los pagos realizados con la tarjeta de débito y consultar el saldo en la cuenta, sin necesidad de ir al cajero. Otra ventaja es que permite ahorrar, al reducir la probabilidad de hacer los usuales gastos innecesarios conocidos como gastos hormiga, y a diferencia de las tarjetas de crédito no se deben pagar intereses.
A pesar de todas estas ventajas solo el 15% de los paraguayos utiliza las tarjetas de débito para hacer compras o pagos, por diferentes razones.
Según la Encuesta de Medición de Capacidades Financieras (EMCF) 2022 realizada en Paraguay por CAF- Banco de Desarrollo de América Latina, el 41% de los paraguayos en zona urbana extrae de una sola vez todo el dinero que le depositan. La cifra aumenta a 67% en zonas rurales.
Los principales motivos de extraer todo su dinero del cajero automático son, el 73% prefiere el efectivo para los gastos; el 20% porque pierden tiempo en ir y regresar del cajero, banco o corresponsal; el 18% porque la entidad financiera les queda lejos; el 14% lo hace porque donde viven no pueden comprar con tarjeta de débito y el 10% porque no confían en las entidades financieras, al creer en el mito de “me comen mi plata.”
Finalmente, como medida de seguridad, la ENIF sugiere tapar con la mano el ingreso del PIN, cada vez que se realicen pagos con la tarjeta de débito a través del POS.
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