Cerca de 750 familias de la comunidad indígena Fortuna, ubicada en el distrito de Curuguaty, departamento de Canindeyú, están a punto de experimentar un cambio significativo en su calidad de vida con la instalación de un sistema de agua potable, según informó el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC).

Una vez que concluyan todos los trabajos, el servicio alcanzará a unas 3.000 personas como parte de la implementación del Plan de Apoyo a Pueblos Indígenas (PPI), que es una medida compensatoria por la utilización de terrenos de esa comunidad para la construcción de un camino que conecta la ruta PY13 con la colonia Nueva Durango.

Impulsado por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) a través del Proyecto de Mejoras de Caminos Vecinales, el emprendimiento se financia con fondos obtenidos del Banco Interamericano de Desarrollo (Préstamo BID OP – 1092).

Las labores incluyen la perforación de un pozo profundo de 156 metros con un caudal aproximado de 45.000 litros/hora, la instalación de equipamiento electromecánico a sistema trifásico con dos motobombas, tanque elevado de 70.000 litros, cañerías de red de distribución (red básica) en ambos lados del camino con 14.200 m, conexión domiciliaria y casa administrativa con equipamiento informático.

Mano de obra local

Otro aspecto a destacar es que desde la dirección de la Ecatef/DCV/MOPC y con la colaboración de la contratista Sotec SA, se está dando prioridad a la contratación de mano de obra local, con la inclusión de 26 obreros indígenas bajo la modalidad de pago por producción.

A pesar de los desafíos, el progreso es evidente. El sistema de agua ya está tomando forma, con la instalación de cañerías, la perforación del pozo y la construcción del tanque elevado. Aunque quedan tareas por completar, como la instalación electromecánica y la finalización de la casa administrativa, el compromiso con el éxito del proyecto, que demanda una inversión de G. 2.246.956.244, sigue siendo firme.

Activa participación de la comunidad

Todo esto es ejecutado con la activa participación de los líderes comunitarios, el Consejo de Agua local y el consejo comunitario, ya que desde la planificación hasta la ejecución de las obras, la voz y la visión de la comunidad fueron escuchadas y respetadas.

El valor de esta iniciativa trasciende las cifras y las infraestructuras. Es un testimonio del poder transformador que se desata cuando las comunidades son verdaderamente protagonistas de su propio destino. La implementación del PPI en la comunidad Fortuna es un ejemplo inspirador de cómo el desarrollo puede ser inclusivo, sostenible y genuinamente significativo para todos los involucrados.

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