Los precios más bajos del petróleo intensificaron el pesimismo inflacionario en los mercados desarrollados. No obstante, esto probablemente refleja un shock de oferta positivo y, por lo tanto, sería transitorio y positivo en términos netos para las economías de los mercados emergentes. Es importante destacar que el crecimiento económico permanece estable y la confianza elevada, lo que significa que las condiciones financieras todavía tienen un comportamiento favorable, aunque los datos que llegan de los EUA mostraron alguna desaceleración, según el informe nensual Macrolatam del banco Itaú correspondiente a este mes de julio.
En América Latina, la reciente caída en los precios de los commodities (petróleo y mineral de hierro) junto con factores idiosincráticos están llevando a un desempeño mixto de las monedas. Mientras que las perspectivas de inflación son desafiantes en algunos países latinoamericanos, la política monetaria se está volviendo más acomodaticia, ya que los bancos centrales de Brasil, Colombia y Perú seguirían reduciendo las tasas de interés, mientras que los bancos centrales de Argentina y México dan a entender que los aumentos adicionales en las tasas de interés son poco probables.
En Chile, el banco central está comunicando un sesgo neutral para sus próximas decisiones de política monetaria, luego de ya haber implementado un estímulo monetario significativo. En Brasil, la incertidumbre política permanece elevada, lo que retrasaría la aprobación de la reforma de la Seguridad Social en la Cámara Baja. Esperamos un crecimiento del PIB de 0,3% en 2017 y 2,7% en 2018, lo que es consistente con una recuperación gradual y un ritmo más lento de las reformas. Mantuvimos nuestra previsión para el tipo de cambio a fines de 2017 en 3,25 reales por dólar y en 3,60 reales por dólar en 2018.
Estos niveles son ligeramente más bajos que los actuales debido a la expectativa de que el endurecimiento gradual de las condiciones financieras globales ejerza una presión moderada sobre las monedas emergentes. A la luz de las recientes lecturas favorables, así como los ajustes en el escenario para algunos precios agrícolas y para el petróleo, redujimos nuestra proyección para el índice de precios al consumidor IPCA en 2017 a 3,3% (desde 3,7%). Para 2018, recortamos ligeramente nuestra proyección de inflación, a 4,0% desde 4,1%, dado el pequeño ajuste en la estimación para los precios regulados. En nuestra opinión, la caída de la inflación abre la puerta a nuevos recortes de las tasas de interés. Esperamos que la tasa Selic se sitúe en 8,0% a fines de este año y en 7,50% a fines de 2018.